lunes, 2 de mayo de 2016

COMENTARIO FINAL DEL CURSO

El tema de la nutrición siempre me ha atraído y he leído , aquí y allá, numerosos artículos al respecto. Es curioso que , a pesar de que vivimos en una época en la que hay más abundancia y variedad de alimentos que nunca, existen  cada vez más problemas causados por la alimentación deficiente: obesidad, intolerancias, alergias y enfermedades provocadas por los nutrientes que ingerimos. También llama la atención que , aunque todo el mundo parece interesarse por la nutrición, en realidad casi nadie tiene conocimientos reales y objetivos sobre cómo se alimenta.

Después de 25 años en la docencia me asusta bastante ver lo mal que comen nuestros alumnos, sin olvidar la "nueva moda" de no desayunar y comer solo "chuches" y refrescos de cola en el recreo. Cuando explico un contenido del programa oficial a mis estudiantes a menudo me planteo si no debería dejarlo un tanto de lado y centrarme en enseñarles cosas realmente prácticas y útiles en su vida cotidiana, como por ejemplo, enseñarles a alimentarse para una vida más sana. Tengo que reconocer que cada vez lo hago más a menudo y el recibimiento es bueno por parte de los alumnos.

De los cuatro Bloques del curso el que me ha parecido más práctico personalmente ha sido el primero, especialmente el apartado de "Cuánto debo comer" que me hizo darme cuenta de que tiendo a comer más de lo que necesito. También la sección en la que se desglosaban la composición en nutrientes de los principales alimentos me resultó interesante ya que me di cuenta de que mi dieta no siempre era equilibrada.

En mi faceta de ama de casa y madre de familia numerosa me resultó muy instructivo el Bloque II  donde aprendí muchas cosas sobre la conservación y manipulación de los alimentos que hasta entonces ignoraba, así como sobre el etiquetado de los productos (en el que hasta la fecha no solía fijarme).

A nivel profesional el Bloque al que creo que le puedo sacar más rendimiento como docente es el Bloque III en el que aprendí cómo inculcar a mis alumnos interés por unos hábitos de vida más sanos y activos. Aunque me temo que , por mucho que los profesores insistamos en este tema desde el aula, poco se podrá conseguir si las familias no les transmiten la misma idea.

El Bloque IV fue en el que más me impliqué emocionalmente puesto que en mi entorno cercano hay varias personas con alergias e intolerancias y, lo que es peor, con trastornos de la conducta alimentaria. Siempre he querido saber cómo ayudar a mis amigas o alumnas con bulimia y/o anorexia pero lo que he sentido con más frecuencia es impotencia.

Este curso me ha proporcionado dos  cosas:
- un montón de información sobre cómo comer más sano y llevar una vida más saludable
- el impulso necesario para ponerme a trabajar con mis alumnos el tema de un modo más serio

miércoles, 20 de abril de 2016

REFLEXION BLOQUE 4

Este último bloque me ha hecho plantearme nuevas cuestiones como estas:

- el consumo de carne en España es excesivo, en 2014 fue de 139 gramos por persona y día, más de lo que la OMS recomienda y además cada vez se consumen más carnes procesadas. Es posible que este consumo esté relacionado con el desarrollo de enfermedades crónicas degenerativas ¿Por qué esta obsesión por comer carne casi diariamente?

- el sobrepeso es directamente proporcional al nivel socioeconómico, de hecho la obesidad es mucho más frecuente entre la población emigrante. He trabajado en centros de alto nivel económico y en institutos donde muchos alumnos se alimentaban en gran parte gracias a Cáritas y la diferencia es muy llamativa ¿La comida saludable es un privilegio de las clases acomodadas?

- he tenido muchas, demasiadas, alumnas que sufrían de TCA y es durísimo. Varias de ellas han llegado a ser internadas en centros especializados y casi todas se han automutilado a menudo. ¿Qué sociedad tenemos tan desquiciada que nos obliga a estar delgados para poder ser aceptados y querernos a nosotros mismos?

- creo que hay más personas con alergias en los países desarrollados , e incluso más en aquellos que crecieron en una gran ciudad. He trabajado en África y me he criado en un pequeño pueblo castellano y no recuerdo a nadie con una alergia alimentaria. ¿Qué hay en el aire que respiramos, en el agua que bebemos y en la comida que ingerimos que nos provoca todas estas intolerancias?

 Por mi parte tengo que decir que apenas como precocinados y que soy casi vegetariana desde pequeña (no me gusta el sabor de la carne) y como mucha fruta, verdura y legumbre. Sigo la dieta mediterránea desde que viví un año en Estados Unidos con resultados catastróficos para mi peso y mi salud: acabé harta de azúcares, hidratos de carbono, bebidas gaseosas y raciones gigantescas.

Respecto a cómo utilizaría lo aprendido en este bloque con mis alumnos, lo haría en tutorías de esta manera:

- haría una pequeña encuesta para saber quién tiene alergias o intolerancias alimentarias en clase y a partir de ahí lanzaríamos un debate guiado sobre este tema. Llevaría documentación que leeríamos en voz alta sobre las alergias más frecuentes y cómo actuar si un compañero tiene una reacción alérgica.

- llevaría a los alumnos al aula de informática y los repartiría en grupos de dos. A cada pareja le plantearía un mito sobre alimentación y les pediría que buscasen en internet información sobre el tema. En los últimos diez minutos el portavoz de cada grupo explicaría al resto de la clase cuál es el mito que han trabajado y si es verdad o no.

lunes, 18 de abril de 2016

MITOS EN NUTRICIÓN


La nutrición es uno de los temas de moda, de esos que se comentan en todas las tertulias televisivas y en los medios de comunicación. Quien más y quien menos opina sobre el tema y parece saber más que nadie. Este fenómeno ha propiciado la aparición de numerosas "leyendas urbanas" que, a menudo, no tienen ningún fundamento.
Por otro lado, hay una especie de miedo latente porque no sabemos muy bien qué comemos y hay sospechas , más o menos fundadas, de que ingerimos productos cancerígenos o cuyos efectos a largo plazo en nuestro organismo desconocemos. Esto también contribuye a la creación de mitos como el del aspartamo, que supuestamente es un agente cancerígeno.
Otro miedo presente en toda la sociedad es el de las enfermedades cardiovasculares, la principal causa de mortalidad en las sociedades occidentales. Aquí vuelve a aparecer el factor nutrición como una de los desencadenantes de este tipo de dolencias y, de nuevo, se fomentan los mitos en alimentación , como el que dice que las grasas saturadas son poco menos que veneno para nuestro organismo.
La obsesión por el aspecto físico y la "obligación" de estar delgado es otro factor que propicia infinidad de mitos en nutrición. Por un lado todos queremos estar en forma y evitar la obesidad pero, por otro lado, nuestro ritmo de vida estresante a menudo nos lleva a comer de manera compulsiva y nos impide hacer actividad física. Este "querer pero no poder" nos hace sentir mal y provoca la aparición de falsas verdades nutritivas como la costumbre de tomar Coca Cola Light para acallar nuestra mala conciencia después de habernos comido una hamburguesa con patatas fritas.
En fin, que hoy en día hablamos y nos preocupamos más que nunca por lo que comemos pero eso no conlleva que nos alimentemos mejor ni que sepamos siempre qué efectos producen los nutrientes en nuestro cuerpo.